Greenpeace España abrió la segunda de las jornadas técnicas de la V Feria Internacional de Apicultura y Turismo de Las Hurdes con un mensaje: #SOSabejas, porque si las salvamos estamos cuidándonos a nosotros mismos, ya que el 75% de las frutas y verduras que consumimos dependen de ellas.
Un tercio de los alimentos que consumimos desaparecerían sin la polinización de las abejas, ese proceso por el que el polen es transferido de los órganos masculinos de las flores a los femeninos, lo que produce la fecundación y da lugar a la generación de frutos y semillas.
Sin esta polinización, 7 de cada 10 frutas desaparecerían, la producción de alimentos caerían un 35% y el precio de los alimentos se dispararía, explicó Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greeanpeace España.
Pese a su importancia para la naturaleza, las abejas están en grave peligro debido a una agricultura industrial basada en plaguicidas químicos tóxicos y los monocultivos.
¿La solución? A juicio de Ferreirim, todo pasa por la prohibición de los plaguicidas peligrosos para las abejas y otros polinizadores, así como por el fomento de la Agricultura ecológica. Una producción sostenible y responsable con la naturaleza y los animales, potenciaría la vida de los polinizadores. Greeanpeace aprovechó la charla para animar a los legisladores a pensar en el planeta y no en los intereses de la gran industria, eliminando las ayudas y subvenciones económicas que recibe la agricultura industrial y apoyando las plantaciones ecológicas.
Por su parte, Iratxe Pérez Cabo, jefa del servicio del departamento de bacteriología-2, SG Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad, dependiente del Ministerio de Agricultura, repasó esos riesgos que corren las abejas por el contacto con pesticidas (fitosanitarios, varroicidas y otros contaminantes ambientales). El ministerio vigila desde 2012 la pérdida de colonias de abejas. Estudios que les ha permitido conocer los riesgos reales de intoxicación. Los resultados hablan por sí solos: El 45% de los pesticidas analizados mostraban residuos tóxicos o dañinos para las abejas, algunos de ellos muy tóxicos., como los utilizados para el control de la varroa. Recordó la importancia de que todos estos pesticidas sean conocidos y minimizados por los agricultores en sus colmenas, por su daño hacia ellas; y, por extensión, a todos.